¿Y si nos escuchamos para entender y no para responder?
- fabianjesusvidal
- 28 dic 2018
- 5 Min. de lectura

La imagen no es mía, como ya algunos pudieron observar. La verdad es qué procastinando por facebook la ví hace 5 minutos, y como algunos ya me conocen, inmediatamente dije ¡Tengo que escribir sobre esto! Y bueno, comencemos.
Este escrito no ha de ser filosófico o académico como los anteriores, su carácter es mas bien practico, o si quieren psicológico.
La imagen ya nos dice mucho. Sin duda, todos han experimentado ya el malestar de una pésima conversación o la contemplación de la suya propia, y es qué si nos adentrásemos en comprender un poco más al ser humano, entenderíamos mucho de lo sustancial que subyace por debajo de esta pésima realidad. La antropología, biología, filosofía y las neurociencia han estudiado el fenómeno humano que está por detrás de esta estructura; la de estar en guardia, mantenerse a la ofensiva, anticipar el golpe, desear ganar una competencia que por más que la intentemos visualizar, solo está en la mente. Los biólogos han puesto las mejores cartas sobre la mesa para interpretar este tipo de conductas. Sin embargo, más allá de su raíz, tema del que sin duda les debo por escribir, veremos aquí cuestiones practicas de como mejorar una conversación, y más específicamente como obtener una mejor calidad de escuchar a nuestro entorno.
La comunicación es una necesidad primaria en cualquier ámbito y ante cualquier comunidad dada la necesidad de compartir nuestros pensamientos, sentimientos y nuestra sabiduría. Cuando se dan situaciones en las que la comunicación es deficiente o inadecuada, en muchos casos se generan conflictos interpersonales como los que ustedes ya conocen. (García, 2014). Para evitar esto, más abajo escribiré algunos consejos muy prácticos, que de poner a prueba, sin duda cambiara la calidad de sus conversaciones.
LA ESCUCHA ACTIVA
En psicología llamamos "escucha activa" al proceso de escuchar al otro conscientemente, respetando sus códigos comunicativos, expresiones kinesicas correspondiente a la gestualidad, también lo paralinguistico referente a los tonos de voz, en fin, todo el lenguaje verbal y no verbal. De hecho, los psicólogos creemos en un axioma determinante propuesto por un psicólogo austriaco llamado Paul Watzlawick, quien fué el primero en decir que es imposible no comunicar; esta idea surge del hecho de qué en el fondo es imposible no comportarse, puesto que los seres humanos siempre estamos en constante movimiento, o sea, siempre nos comportamos de alguna u otra manera, ya sea que estemos haciendo algo o no, y es así como todo comportamiento tiene entonces, un valor comunicativo, por esta razón todo comunica. De esta forma, la escucha activa es ese intento por concentrarnos en el mensaje que el otro individuo intenta comunicar sea o no con palabras. Mejorar la escucha activa de la metacomunicación, es decir, de lo que está más allá de las palabras, es una cuestión que no podremos analizar de forma tan superficial, sin embargo aquí van algunos de los consejos prácticos para mejorar la comunicación verbal.
LO QUE SÍ DEBES HACER PARA MEJORAR LA ESCUCHA ACTIVA:
Parafrasear: Resume lo que el otro ha dicho en breves palabras. Si alguna parte te ha llamado la atención, puedes resaltar las palabras que son mas significativas no solamente para tí, sino también para tu hablante, recuerda que la empatía es clave a la hora de una comunicación eficaz, y lo que las personas esperan de una conversación es ser escuchadas, comprendidas y respetadas. Este método también se convierte a su vez, en una forma de dirigir la conversación, porque el hablante va a ampliar la información sobre lo que hemos subrayado, funciona muy bien a la hora de querer cambiar el tema sin imponerlo de una forma brusca, sino sugestivamente. Para quienes quieran profundizar más en estas técnicas pueden leer un poco acerca de neurohipnosis lingüística.
Reflejar el estado emocional. Además de que se le ha entendido, es necesario mostrar a nuestro hablante que sabemos como se siente. Personalmente está es la técnica que a mí aveces más me cuesta, una de las cosas que he descubierto que no se deben hacer en esto, es simplemente decir “sé como te sientes” o “te entiendo”, las personas necesitan más que eso, prueba combinar la primera técnica, de paráfrasis, para interactuar el reflejo emocional, y también añade si es necesario, acciones corporales, muestras de afecto, ya sean abrazos u otros. Las personas vulnerables emocionalmente son irresistibles al afecto, y este se convierte en ocasiones, en una mejor comunicación.
Validar: Debes mostrar que aceptas lo que dice la otra persona aunque no estes de acuerdo. Es aceptable lo que dice, se entiende; aunque no estás totalmente de acuerdo.
Estar completamente de acuerdo. Hay gente que la única forma que tiene de aceptar la empatía del otro es a través del acuerdo completo de la otra persona. En cualquier caso se puede cualificar lo que se dice como una opinión propia y no como una afirmación indiscutible. Se hace introduciendo un tono en la expresión que relativice lo que se dice o utilizando frases como: desde mi punto de vista, en mi opinión, en vez de arrasar con cuestiones tan taxativas y con brusco carácter de verdad.
LO QUE NO DEBES HACER PARA MEJORAR LA ESCUCHA ACTIVA:
No escuchar solo para responder: A propósito de hacerle un poco de publicidad a la imagen, este es uno de los gravisimos errores que utilizamos al escuchar. De hecho, muchos se convierten en expertos oidores solo para encontrar el defecto en una pequeñisima palabra y sacarla de contexto, o refutarla para dar créditos a la hipótesis personal. Sin más que decir, este error es un fracaso por excelencia que debes evitar.
No rechazar las emociones que el otro manifiesta: Las emociones son reacciones automáticas que frecuentemente se dan en determinadas circunstancias; pero que no son obligatorias y no las controlamos. Por eso, decir a una persona que no debería sentir lo que siente implica un reproche sobre una conducta sobre la que la persona no tiene control. Hay que tener en cuenta que no todos pueden modificar ese sentimiento. Cuidado para aquellos que somos más racionales, por lo general sabemos y entendemos, o creemos, que las emociones también son configurables, pero esto requiere de una habilidad y disciplina mental que no todos tienen, y necesario ser conscientes de aquello.
No juzgar: Recuerda la cita bíblica: no juzgues y no serás juzgado.
No solucionar el problema: Quien te lo está planteando quiere compartirlo contigo, pero él (ella) es la responsable de solucionarlo. Tú solamente puedes escuchar y dar tu opinión, incluso si intentas hacerlo, podrías salir perjudicado, y puede que aquella persona se confunda y no vuelva a confiarte otra conversación.
No interrumpir: Espera a que la otra persona te dé paso, aunque no estés de acuerdo con lo que dice.
No cuentes tu propia historia: Es un error que he cometido mil veces. Lo primero que hay que entender es que todas las personas son únicas, y es imposible que tu seas ejemplo o modelo para un otro que ni siquiera es igual a tí. Además, si te está contando algo es para que entiendas su problema y, si cuentas tu historia estarás centrándote en la tuya, y provocaras una horrible percepción de egoísmo sobre tí. Quizá eres de las personas que crees que las historias sirven, bueno, en este caso no, o al menos, no la tuya.
Por ultimo, dos más...
7. No des un consejo que no te hayan pedido.
8. No descalifiques cuando des tus opiniones.
DESAFIÓ: Considera estos consejos prácticos, pero enfócate en uno: parafrasear ¡Ponlo a prueba en tus conversaciones diarias por una semana y luego comenta aquí tu experiencia!
Por #FabianCastañeda
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