TODAVÍA QUEDA ALGO POR LLORAR
- fabianjesusvidal

- 29 mar 2019
- 2 Min. de lectura

¿Todavía queda algo por llorar?
Hace poco viví una situación que despertó una situación que para mí había dejado de “despertarse”.
Y sí…
Lloré.
Pero después de haber salido la primera lagrima, no me permití la siguiente.
¿Por qué nos asusta llorar?
A veces llorar es intolerable, pensé.
Cuando la psicología todavía no era una ciencia social, algunos psicoanalistas habían estado creando hipótesis sobre como las personas reprimíamos lo intolerable. Ellos decían que cuando reprimíamos aquello imposible de liberar, liberábamos entonces una representación falsa de nuestro dolor; una que fuese tolerable. Esta representación falsa de nuestro dolor, muchas veces se disfraza de fobias, miedos, costumbres desadaptativas, histeria, etc.
Conocí hace un tiempo a una persona que tenía miedo a muchas cosas: juegos extremos, decisiones osadas, interacción con lo desconocido, etc. Todo parecía tolerable e inofensivo, de todas formas, todos tenemos miedos a cosas como estas ¿no es cierto? Lo interesa es qué su verdadero dolor tenía que ver con el horriblilizante terror que le causaba volver a aquella representación mental de cuando su padre les abandono junto a su familia.
Y así…
Miles de historias.
Miles de miedos.
¿A dónde van nuestros miedos?
¿Por qué tememos?
Las bacterias de nuestros organismos se defienden.
Se defienden, o se pelean.
En verdad se pelean entre ellas mismas.
La presencia de bacterias en el organismo atrae a las células defensivas cuando estas son capaces de identificar ciertas sustancias amenazadoras. Cuando perciben esta señal de alarma, viajan hacia los lugares de producción para combatir la infección.
Viajan…
Me recordé una historia...
Hace tres años viaje.
Viaje a Brasil.
Existe una relación importante entre reprimir lo intolerable, la naturaleza de las bacterias, y mi viaje a Brasil.
La identificación.
Cuando viajas, te deshaces de tu “si mismo” por un tiempo.
Se descompone tu mismidad,
Dejas de ser el centro.
Tu “ipseidad” entonces, lo que te hace ser tu mismo siempre, desaparece.
Estas inmerso en la experiencia.
Desapareces en función de una misión,
Visualizar lo diferente.
Identificación.
Cuando estuve en mi viaje, identifique los peligros, me desapropie de mi ipseidad, observe mis amenazas.
Las bacterias son capaces de identificar los glóbulos blancos. Cuando lo logran, emiten una serie de señales para alertar a las demás bacterias de la biopelícula.
¿Ya te disté cuenta?
Cuando se sienten amenazadas, llaman a otras bacterias.
Las bacterias también piden ayuda.
Cuando lloré, pensé en las bacterias, pensé en la amenaza, pensé en la reprimisión.
Pero no solo lloré,
También Dios me habló.
¿Dios me hablo?
Sí. De las alarmas.
Es posible que nuestras lagrimas tengan que ver con una alarma.
Puedes retener las lagrimas hasta que suene la alarma.
Pero cuando la alarma suena, es momento de viajar…
Identificar
Luchar
Comunicarte con otras bacterias
Te aseguro que se sonreirán de que les llames así.
No temas,
Tu organismo esta configurado para ganar.
Dios te ha creado para superar los mejores obstáculos ¿Lo pudiste observar?
Y sanar...
Vivir...
C-a-t-a-r-s-i-s.



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