Nota sobre Sztajnszrajber: Libro “Filosofía en 11 Frases”
- fabianjesusvidal
- 15 jul 2019
- 2 Min. de lectura

Acabo de terminar de leer lo que, sin duda, se ha transformado en mi nuevo libro favorito.
Lo más angustiante de este libro es el final, que en definitiva, no es un final... Y pensar que todos, cuando leemos una última página o un último capítulo de Netflix, esperamos el final, acomodándonos y manteniéndonos expectantes a su venida, pero en un libro al tono de Darío Sztajnszrajber, todo puede ser de otra manera; y es qué si existe en este texto un mensaje relevante, persuasivo y hasta hipnótico, es justamente ese: todo puede ser de otra manera, o nada, que es lo mismo, porque en el fondo, no hay fondo, y los finales pueden ser siempre también principios; suspensiones; operaciones del poder; lenguajes, narrativas; simples pausas; o un sueño, o pueden simplemente no ser. Si existen estrategias de poder es porque existen infinitas posibilidades de libertad. Hay un fantasma social; es de tal naturaleza porque asusta, extraña, y sobre todo porque los fantasmas son invisibles; no es un fantasma que oprime, como el que predica Marx, sino uno que constituye, como el que predica Foucault. Su trabajo es como el de una hormiga, que no nos deja sospecha alguna.¿Que constituye? Sujetos. Sujetos que siempre están sujetos. Sujetos a la desambiguación de toda verdad posible, siendo a su vez, sujetados por toda verdad plausible. ¿Que constituye? Normalidad. Para fundar así la anomalía y poder fabricar entonces, la medicina de su propia enfermedad. Farmacología. Ansiolíticos. Opios. Panópticos... Pero donde hay poder, hay también resistencia... y otra forma de poder es posible: la de la deconstrucción y emancipación de las subyugaciones no solo trascendentes, sino también inmanentes; las instauradas en nuestra propia forma de [ser] en el mundo, aquellas que han venido convirtiéndonos en hacedores, maquinas productivas, mercancías, propiedad de mercado, fuerzas impersonales; ejércitos adictos a la utilidad, el sentido, la razón; dueños del lenguaje, el tiempo, la verdad. Sin embargo, el camello ya pasó, y junto con ello se desintegraron también sus pesadas cargas; aquellas que llevaba sobre sus lomos; el león, que ahora ha decidido relevarse con su fuerza a protestar en las calles y luchar por los que cree sus derechos, es el hombre postmoderno, pero su destino es también una bomba de tiempo, pues, es uno que también necesita morir para así dar a nacer al niño. El niño que olvida, perdona, juega, ama, no solo al prójimo, sino también al lejano; no a las personas, sino también a las cosas, y a los fantasmas... Porque nadie puede bañarse dos veces en un mismo rio... porque todo lo solido se desvanece en el aire... porque el hombre es el lobo del hombre... porque nada hay fuera del texto.
Por: Fabian J. Castañeda Vidal.
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