METAMORFOSIS
- fabianjesusvidal
- 13 abr 2020
- 2 Min. de lectura

Todo comenzó de madrugada
en la eterna noche intemporal.
Aun cuando estaban los cielos nublados
ellos estaban dispuestos a mirar las estrellas.
O quizá comenzó en otro momento,
por ejemplo, sentados a la mesa:
Fue una conversación de tres,
pero también de dos:
Una historia en cada palabra y el
atesoramiento de mil preguntas.
Unas lágrimas que lloraron y
otras manos que desearon acariciar.
La escoba, la pala y la tarea de ordenar
muchas mesas, los muchos
globos tirados por alrededor del
piso un sábado 15 de febrero.
Un monito, cerditos y un par de caballos.
Un documental de animales
y siete risas sobre las escaleras.
Una pregunta que fingía tener alternativas:
¿Una tarde de cine o una noche de muchas miradas?
El recorrido de rutas hogareñas
con el pretexto de un gran cocinar.
Pasos que imprimían familiaridad
soñándose así mismos eternos.
Una conversación entre siete personas
pero también entre dos almas.
Una música no tan bella como
la belleza de quien la discernía.
La excusa de salir a comprar y
la sospecha de volver con amor.
Un naipe de cartas: el primer bien en común.
Una cuchara que desafía la suerte y
siete ganas de ganar el juego.
Las ganas de escribir para
muchos y la suerte bendita
de hacerlo para una sola.
¿Una mañana de películas
o de dos excéntricos en una iglesia?
Huyeron otra vez del cine, como quien
huye de todos sus temores.
Un bus devuelta hacia nuestro destino
y dos hermosos ojos cerrados detrás
de sus gafas: otros dos abiertos
detrás del encanto, y otros dos mil
mundos creándose en mí imaginación.
Un helado, un McDonalds, una tesis
por gmail y otras dos mil conversaciones.
Un encuentro, una mirada, una sonrisa
y la creación de un lenguaje único que
nadie más podría entender: elefantes,
bebes, bestias y mariposas: un idioma,
una cultura, el nacimiento de la cosingularidad.
Un miedo que se convierte en poesía.
Una inseguridad que se transforma
en abrazos eternos. Una distancia
que se convierte en amor. Un fuerte anhelo
Que no concilia el sueño porque esta
todo el tiempo despierto. Dos mentes
Que perpetúan en la conexión de sus pensamientos.
Dos manos que se abrazan como si no
existiesen límites geográficos.
La provocación de una noche sin
querer: su primera cocreación.
Un test, un juego y una ternura latente.
Un silencio, dos voces, y la hora de dormir.
Un rato más. Y otro también.
Otro rato más y una mariposa.
Un trekking, una foto y una herida en la rodilla.
Un final, un último día, y un
despedirse que nunca aconteció.
Bombardeos peligrosos y otro
encuentro en medio de la acción.
Un almuerzo con sabor a risas y
un pasto verde como el Eden. Otro
test y un sushi imperfecto.
La palanca de un videojuego.
Una pastilla, otra foto y un
inesperado baño prestado.
Un recuento para que recuerdes
como Dios construyó el Universo.
Un panqueque que nunca aconteció.
Un paradero, dos miradas, un
abrazo de otra despedida imposible.
Minutos ilimitados trascendiendo
las limitaciones del encanto.
Las 102 horas más hermosas e
intensas jamás vividas.
Utópicos mil intentos de finalizar cien llamadas.
Complejidad bella de decir buenas noches
ante el anhelo de nunca separarnos...
La convicción de qué era ella.
La sensación de una revelación.
Se precisaron todas esas cosas
para que sus manos se encontraran.
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