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EL ORIGEN DE UN PROBLEMA


¿Cómo se conforma, y alimenta un problema? Tenemos aquí dos preguntas interesantísimas que quisiera responder no teóricamente, sino pragmáticamente, lo cual significa que las siguientes líneas de esta entrada se suscribirán a la pequeña lista de escasísimas entradas útiles de mi blog. Evitaré navegar por reflexiones de carácter más filosóficas y fundamentaciones teóricas, que desde luego están presentes —para quienes la necesiten— en los enfoques de Terapias Estratégica Breve; me adentraré así, desde ya en poder responder de forma breve las dos preguntas del comienzo y quizá insertar —ambiciosamente— una tercera: ¿Cómo se resuelve un problema?


Para comenzar, es necesario hacer una distinción conceptual, cuya importancia no se ubica solamente en el significado de las palabras que la componen, sino también en su experiencial y cotidiana vivencia; me refiero con esto a dos palabras en específico: la palabra problema, y la palabra dificultad. Un problema no es lo mismo que una dificultad. Y para responder la primera pregunta ¿Cómo se conforma un problema? es necesario tenerlo muy presente. Antes del problema, existe una dificultad. Una dificultad sería por ejemplo no poder dormir bien por la noche. Podría seguir siendo problema, si esa noche se multiplicase en dos, o en tres noches seguidas sin poder dormir adecuadamente, pero cuando ya no es posible poder dormir durante una semana, o dos, o un mes, entonces la dificultad primigenia se ha vuelto un problema. Siguiendo esta línea, podríamos ubicar en las características de la naturaleza de un problema la carencia del control; los problemas se vuelven problemas cuando están por fuera de la manipulación y control humano y ya no se puede siquiera anticipar su aparición; existen muchas otras características que definen la naturaleza de un problema, por ejemplo, el hecho de qué sea desadaptativo o dañino integral u orgánicamente, entre otras. Sin embargo, para efectos de está comprensión, vale tener en cuenta mínimamente lo mencionado, reducido a la intención del objetivo practico.


Teniendo presente dicha distinción conceptual, podemos entonces pasar a responder más concretamente la pregunta ¿Cómo se conforma un problema?


El pasar de una dificultad a un problema siempre tendrá que ver con la relación que uno tenga con esa dificultad inicial. Los resultados van a depender de si acaso el individuo resuelve adecuada o inadecuadamente la dificultad. En esta línea, existen tres maneras muy simples, pero muy complejas, de tratar o intervenir una dificultad:


1. La primera manera es cuando uno no interviene en una dificultad que sí debería intervenir. Podríamos mencionar aquí mil ejemplos, entre ellos, el de un hijo que le falta habitualmente el respeto a sus padres, ante lo cual ellos no intervienen nunca, omitiendo, ignorando o normalizando aquella acción. Está manera de actuar es muy habitual en nuestra cotidaneidad, sobretodo, porque no somos lo suficientemente asertivos para enfrentar y poner limites a las dificultades que padecemos. Dicho lo expuesto, siempre cuando queramos entonces solucionar un problema, vale antes de comenzar hacernos la la siguiente pregunta: ¿Estamos interviniendo?


2. Esta segunda acción que conforma un problema, mantiene la misma esencia dinámica de la primera, pero en una diferente organización: Se interviene cuando NO se debería intervenir. Si regresamos al ejemplo de no poder dormir, es muy normal que en muchas ocasiones tengamos dificultades para quedarnos dormidos, y no todas ellas requieren de una intervención. En ocasiones, la intervención no hace más que focalizar la atención hacia un problema que no esta presente, pero que se está creando bio-psiquicamente cada vez que se lo resignifica. Ante la dificultad de no poder dormir, por ejemplo, hay personas que se acuestan, y se ponen a realizar ejercicios mentales de alto gasto energético, como el pensar “dejar la mente en blanco” para poder dormir, o pensar en “respirar” o pensar en dejar de pensar. Todas estas paradojas cognitivas no hacen mas que mantener al sujeto ocupado intentando acentuar un problema que no lo es, y que por curso natural podría la dificultad resolverse de forma normal con solo el hecho de acostarse sin mas nada.


3. Intervenir equivocadamente. Esta tercera manera es también muy usual. Ante, por ejemplo, el hecho de tener dificultades para mantener la concentración durante un tiempo de estudio, muchas personas intervienen con forzadas prácticas de autodisciplinamiento académico, al mismo tiempo que mantienen música y televisión prendidas.


Hasta aquí hemos abordado el como se conforma un problema. Podríamos resumir entonces que un problema se conforma a partir de los intentos equivocados por intentar resolver una dificultad en particular. No hay muchos modos de fallar en estos intentos, en esta entrada hemos identificado tres: [1] Cuando se debería intervenir y no se interviene [2] Cuando no se debería intervenir y si se interviene [3] y cuando se interviene equivocadamente.


¿Cómo se alimenta o persiste un problema?


Esta pregunta es muy importante, porque aquí es donde muchas veces se ubica la mayor concentración de angustia, dolor y desesperación. Existen al menos tres elementos de los cuales es necesario prescindir para que el problema existente no persista o incremente:


1. Cuando buscamos las causas. Las lógicas occidentales, influenciadas probablemente por Grecia, particularmente por patrones cognitivos aristotélicos, han hecho que constantemente pensemos el mundo en términos de causa-efecto. Buscar la causa de un problema no es irrelevante, pero depende de su orden. En ocasiones, la causa del problema se descubre al solucionar el problema. Es común el hecho de que al buscar las causas de un problema, el proceso se relentiliza demasiado, la solución ya muy lenta y a larga distancia comienza a crear suficiente espacio como para que aquella dificultad o problema se alimente y engorde hasta desembocar el síntoma. En sumo, esta lógica aristotélica tan impregnada en nuestra sociedad, se torna muchas veces un imposible metafisico, una utopía de la cual nunca se alcanza su comprobación factica, quiero decir con esto, que no existen causa-efecto para todas las cosas, en muchas ocasiones los fenómenos son multicausales y/o autocausales, y los intentos por identificar la causa se desvanecen en la creatividad, llegando a extremos comúnmente desaforables, como por ejemplo, en la inoportunidad de intentar buscar culpables, que es nuestro siguiente punto.


2. Buscar culpables es insignificante al momento de solucionar un problema. Muchas veces lo hacemos para desplazar aquella frustración y depositarla en un otro. No obstante, estos depósitos son mas caros que aquello que prometen: culpar a alguien requiere de una atención afectivo-cognitiva tan fuerte, que en ocasiones no hace más que multiplicar el problema en dos, o visualizar al problema como gatillante de otros problemas, como una forma de profecía-autocumplida respecto a la intensidad o gravedad de la situación. Esta mal estrategia hace que los problemas persistan, y la solución se percibe cada vez mas lejos. Peor aun, es el hecho de que esta comprobado que la culpa produce un efecto en cadena: la hija acusa al padre, el padre a la madre, la madre a la profesora, y la profesora culpa al padre, etc.


3. Esta última es muy importante. Cuando hallamos una solución y no funciona, muchas personas lo que hacen es continuar insistiendo probar esa estrategia de solución, y no cambiarla por otra. Esto hace que el problema aumente con el tiempo, y que también se comience a visualizar una omnipotencia exagerada del problema por causa de no haber intentado probar otra solución.


Si conseguimos salir de aquella jaula desde la cual incrementamos, aumentamos y alimentamos el problema, podremos entonces visualizar una basta cantidad y variedad las soluciones necesarias y eficaces para resolverlos. Es cierto que los psicólogos no proporcionan consejos, por causa de respetar la singularidad de cada persona y circunstancia en particular. Sin embargo, podemos localizar en el desglose de lo ya escrito, una respuesta/consejo muy general a la última pregunta ¿Cómo se soluciona un problema? de la siguiente manera:


Se soluciona un problema, en primer lugar, NO alimentándolo. Y, en segundo lugar, explorando alternativas nuevas. Es así de simple, pero así de complejo. Si concentrarme al estudiar no funciona luego de haber suprimido todo aquello que lo alimenta, entonces debo probar una nueva alternativa. Si ya realizaste los primeros pasos, entonces el ultimo paso de explorar soluciones alternativas, será muy sencillo. Por último, si la solución explorada no soluciona el problema, no es necesario darle tiempo, simplemente hay que sustituirla. Claramente un profesional entiende como identificar estrategias y soluciones mas asertivas para cada caso particular, pero en cuanto a generalidades humanas, podemos intentarlo, porque funciona.


Por: Fabian J. Castañeda Vidal.

 
 
 

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