[3] EN PRIMERA PERSONA: MI PAPÁ.

No sé quien exactamente era mi padre. No es qué no lo conozca, sino que lo conozco en muchas maneras distintas. El que más me gustó conocer es el qué conocí cuando el ya no estaba. Ese que germina como novedosa creación en el pensamiento imaginativo cuando la ausencia de su imagen es de tal envergadura que las gotas de amor se unen una vez más con la imaginación para trabajar mano a mano en el proceso de reconstrucción de una imagen perdida. Es como una cirugía, donde nunca se termina de entender si la extremidad reconstruida es verdaderamente real o artificialmente híbrida. Lo que funciona como ansiolítico acá es qué al menos por está parte es imposible obtener una imagen falsa debido a que nada se crea de la nada, a no ser por condiciones esquizofrénicas o de alta intoxicación amorosa. La distorsión entonces es el coeficiente de correlación mas elevado que pudiese ser plausiblemente permitido. Es duro, pero es real, y quizá, necesario. La mente es sabia, como su creador. Ya ni ganas me dan de recordar, porque puedo crear, imaginar, escribir.

Por: Fabian J. Castañeda Vidal.