[2] EN PRIMERA PERSONA: ESCAPAR.
- fabianjesusvidal
- 2 oct 2019
- 3 Min. de lectura

Eran las tres de la mañana, estaba estudiando como todo un perfecto noctambulo que soy. Sonó mi alarma de “break” que tomo cada 45 minutos pah’ no morir en el intento; automáticamente abrí youtube, no sé porque, quizá quería ruido. Abrí uno de estos videos sobre talentos, el primero que apareciese, y salía una persona prometedora a punto de cantar el pedazo de canción superdotada, le di entonces play.
I've heard there was a secret chord… That David played and it pleased the lord ♫♫♫. Creo que el autor es un tal Cohen y la canción es Aleluya, pero se escribe de una forma media rara. Sin embargo, nunca importa la letra ¿no es cierto?
Apenas y empezó a sonar la música, no tardé más de 10 segundos en oír a la bella genia cantar hasta darle Control + W, o sea: exit. Me angustié. Supuse en ese mismo instante que si le dedicaba un poco más de segundos a oírla iba a comenzar a sufrir. Ni idea porque. Era de esos saberes castrados de epistemología, esos que no se pueden explicar como se saben. Escapé. Fue automático, luego reflexioné imaginando a un cachorro escapar ante la sombra de la presencia de un felino. Fue como si mi sistema nervioso hubiese actuado por mí para protegerme. Esto pasó hace diez minutos; en este momento estoy en el Word narrando. Recordé cuando hace casi 11 meses padecí la experiencia de un quiebre amoroso. Luego de aquello comencé a evitar todos estos tipos de ruidos romantiquillos, o abatidos paisajes que me provocasen la activación frustrante de alguna huella mnésica devoradora. Lo de hoy fue muy similar, sin embargo, la diferencia abismante que me trajo a narrarlo es la angustia que me provoca el no saber de qué estoy escapando en comparación con mi experiencia anterior. Lo supé en algún momento, no lo sé ahora.
Pocas veces sabe uno de lo que come. Reconocerse en el acto de escapar ya es mucho. Identificar su causalidad es casí una obra milagrosa, o en el mejor de los casos, de arte. No obstante mis limitaciones me orientan al menos en el primer instante de esta reflexión germinante, a la idea bondadosa de entender en la posibilidad de mis limites algo que quisiera explicar con una metáfora: más allá de la exitosa completacion de rompecabezas es preferible precedentemente comprender todas sus partes; es así, la angustia de no hallar las causalidades puede provocar rápidamente el bloqueo de transitar en la lúdica experiencia de vivir los procesos de armar los pedazos de nuestra historia. Pero más relevante es reconocer aquellas partes del rompecabezas de nuestra vida con pura y aguda visualización, o sea que identificarnos en el acto mismo de escape ya es un gran avance. La comprensión quizá venga ligada luego de identificar los muchos instantes. Es como hablar un nuevo idioma. La gramática siempre es lo ultimo aunque el sistema siempre quiera enseñárnosla de las primeras. Calmemos la angustia, y visualicemos que la vida es mas lenta de lo que supone serla, no importa si seguimos reaccionando al dolor o escapando de el por cualquiera sea el motivo de maneras primitivamente sintomáticas; más relevante que intentar solucionarlo es identificarlo en tiempo real, procesarlo en el momento, digerirlo, atraparlo, imaginarlo, reflexionarlo, compartirlo, y en ultima instancia, escribirlo, redactarlo, publicarlo.
Por: Fabian J. Castañeda Vidal.
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